Dedicarse al cultivo de frutas, hortalizas o plantas ornamentales requiere conocer de primera mano el tipo de tierra con el que estamos trabajando y sobre todo, como mantenerlo de forma óptima.
Lo más aconsejable para ello es contar con el asesoramiento de profesionales en la materia como hacemos desde Suministros Agrícolas Luque, ya que sabremos orientarle acerca de los mejores productos y los hábitos más saludables con los que asegurar el pleno rendimiento y el mantenimiento de cada tipo de tierra de cultivo.
Indicaciones precisas para cada tipo de tierra.
El suelo es sensiblemente diferente según las zonas donde nos encontremos o el tipo de cultivo y uso que vayamos a hacer del mismo.
Ello implica que para su tratamiento previo, durante el cultivo y posterior a este, el procedimiento estará determinado por ambos condicionantes, suelo y plantación.
Debemos observar algunos aspectos del suelo en el que vamos a trabajar:
- Color: pues según su tonalidad, sabremos los aportes de materia orgánica y microorganismos. A mayor oscuridad en su color, mayor contenido orgánico.
- Medición de pH: para determinar la alcalinidad del terreno.
- Textura: proporción de elementos indispensables como arcillas, materia orgánica, arenas…
- Estructura: basada en la distribución de los elementos anteriores.
Visto esto, el resultado pueden ser tres tipos principales de tierras que van a precisar un mantenimiento adecuado a las características de cada una.
A) Arenosa: Este tipo de tierra mantiene muy mal la humedad, por lo que desperdicia en exceso el agua que pudiera recibir, algo que suele ser perjudicial para el cultivo. para su mejor cuidado y mantenimiento, es aconsejable un aporte de materia orgánica y otros nutrientes.
B) Franca: con un porcentaje equilibrado de arcilla, humus y arena. Idónea para huertos y jardines, su mantenimiento es el menos necesario y preocupante pues dispone de un buen nivel de nutrientes. Habrá que estar pendiente sobre todo de plagas que afecten a la plantación.
C) Arcillosas: estas tierras, al contrario de las arenosas retienen mucho el agua que reciben y se convierten en compactas lo cual las hace difíciles de trabajar. Para su mantenimiento, es oportuno añadirles porosidad a base de materia orgánica que le ayude a oxigenarse.
El mantenimiento de todo tipo de tierra pasa sin duda por adquirir una buenas técnicas de labranza, renovación de la tierra, aporte de abonos y nutrientes, tratamiento contra enfermedades y un buen asesoramiento profesional como el que dispensamos desde Suministros Agrícolas Luque.
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