Los fertilizantes son uno de los recursos más importantes utilizados en la agricultura.
Un uso sostenible de los fertilizantes además de mejorar el rendimiento del cultivo o planta debe perseguir el desarrollo de una agricultura que tienda a asegurar la seguridad alimentaria (alimentos sin trazas o excesos de fertilizante) así como conseguir un mantenimiento sostenible de los suelos y la preservación del medio ambiente.
¿Qué hay que tener en cuenta para utilizar correctamente el fertilizante adecuado?
- Conocer o identificar cuáles son los nutrientes que necesitamos en el fertilizante.
A su vez esto dependerá de:
- del tipo de suelo, tanto en campo abierto como según el sustrato que hayamos utilizado.
- del cultivo, aunque los elementos esenciales son los mismos para la mayoría de las plantas, cada tipo de cultivo o planta tiene distintos requerimientos.
- del momento de crecimiento o desarrollo de la planta (justo tras la siembra, en floración, en desarrollo del fruto, etc).
- Conocer la cantidad de cada nutriente que necesitamos en el fertilizante.
Para obtener un rendimiento óptimo o máximo de nuestras explotaciones agrícolas o el mejor crecimiento de las plantas de nuestro jardín debemos conocer la cantidad de cada nutriente que necesitamos en el fertilizante. Además, también es importante conocer la dosis y el número de aplicaciones. De nuevo, la cantidad de fertilizante dependerá del momento de desarrollo de la planta, el tipo de suelo y el tipo de cultivo.
- Suministrar el fertilizante en el momento en el que se necesita.
Normalmente se realizan abonos del suelo antes de la siembra y posteriormente. Para un aprovechamiento óptimo por parte del cultivo y minimizar la posibilidad de contaminación del medio, la fertilización debe realizarse en el momento precioso en el que la planta lo necesite y lo vaya a absorber. Esto es especialmente importante para nutrientes como el nitrógeno, que lixivian fácilmente (son absorbidos por la tierra y arrastrados por el agua hacia capas profundas del terreno, no accesibles ni utilizables por la planta, y con alta probabilidad de contaminar aguas subterráneas).
- Utilizar el método de aplicación adecuado.
La forma en que se aplica un fertilizante, tanto de fertilizantes ecológicos (abonos orgánicos) como de fertilizantes minerales (artificiales) es un componente esencial para llevar a cabo unas buenas prácticas agrícolas.
Según la forma de aplicación podemos distinguir: aplicación al suelo, aplicación foliar o aplicación mediante la incorporación del fertilizante al agua de riego. Un segundo aspecto es la manera de hacerlo: aplicación en bandas o hileras o puntos localizados, aplicación en toda la superficie (al voleo).
La fertilización es un punto fundamental para conseguir el rendimiento óptimo de nuestro cultivo. Por ello, es importante que conozcamos cómo utilizar correctamente el fertilizante más adecuado. Para ello debemos considerar principalmente: su composición, momento de aplicación y forma de aplicación en función del punto de desarrollo y características de la planta y el tipo de suelo.
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