Los abonos se utilizan para la preparación y regeneración de suelos agrícolas, jardines, huertos, etc. Su función es enriquecer la tierra en aquellos minerales y sustancias que la planta utilizará para su correcto desarrollo y crecimiento. Pero no sólo por esto, sino por el efecto beneficioso que el abono orgánico tiene sobre el microbioma del suelo, es decir, los distintos microorganismos y seres vivos que viven el suelo y que son fundamentales para que las plantas se desarrollen en él.
Los abonos orgánicos son aquellos producidos por restos de origen animal y vegetal, es decir, procedentes de materia orgánica en descomposición. Uno de los abonos orgánicos más completo es el estiércol, formado por restos de excrementos animales y material vegetal seco como hierbas y pajas subproductos de cosechas de cereales o plantas herbáceas. Esta mezcla requiere de unos procesos de fermentación previos tras los que ya se puede utilizar como abono.
No existe un solo tipo de estiércol o guano, ya que dependiendo del origen de los excrementos contamos con estiércol de vaca, de caballo, de gallinas y pollos (gallinácea), y también pueden utilizarse de cerdos, cabras o conejos.
El humus de lombriz es también un excelente fertilizante orgánico, obtenido a partir de la descomposición de restos vegetales por acción de lombrices. Es muy utilizado en jardines y huertas.
¿Por qué el estiércol es un abono orgánico tan completo?
Las características de cada uno (según el origen animal de los excrementos) son diferentes en cuanto a la riqueza y proporción de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), además de sus efectos sobre el suelo. En su preparación, una vez realizada la mezcla de excrementos y material vegetal, todos requieren de un proceso de fermentación para poderse usar como abono que puede variar de entre varios meses a un año.
El estiércol contiene todos los nutrientes que la planta va a necesitar además de favorecer el crecimiento y desarrollo del bioma del suelo. Esto último moviliza y libera estos nutrientes y va a permitir a la planta absorberlos adecuadamente. Una correcta planificación de abonado con estiércoles permite prescindir en muchos casos de la utilización de ningún abono químico inorgánico.
Otra función del estiércol directamente relacionada con su efecto beneficioso sobre las plantas es que mejora la estructura del suelo y contribuye al mantenimiento de la humedad, algo que no hacen los abonos inorgánicos.
Los estiércoles vendidos de forma comercial para fertilizar los suelos cumplen con todas las normativas sanitarias exigibles a este tipo de productos. Además, cuentan con las certificaciones para su utilización en agricultura ecológica.
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