Conseguir el suministro adecuado de nutrientes es fundamental para el óptimo crecimiento de nuestras plantas así como para alcanzar la máxima producción en una explotación agrícola. Los fertilizantes o abonos son utilizados para suministrar a la planta aquellas sustancias nutritivas de las que el sustrato carece o bien es pobre en ellos.
Los fertilizantes se pueden clasificar en abonos orgánicos o minerales según su procedencia y composición. Pero también se pueden clasificar atendiendo a su estado físico en líquidos o sólidos.
¿Qué diferencias hay entre los fertilizantes líquidos y sólidos?
Los fertilizantes sólidos podemos encontrarlos en distintos formatos:
– Fertilizantes en polvo.
– Fertilizantes granulados (con diversidad de tamaño de grano).
– Fertilizantes en forma en pastillas o bastones, etc.
Dependiendo del formato también variará su forma de aplicación en la planta, así como la velocidad de liberación de los nutrientes al medio. Cuanto más fina sea la partícula más rápida será la liberación. Los fertilizantes sólidos en polvo se utilizan por diseminación directa sobre el terreno. También se pueden diluir en agua, por lo que son adecuados para cultivos hidropónicos (sustrato acuoso). En los granulados, cuanto mayor es el diámetro del grano más lenta será la liberación al suelo. Los granulados presentan la ventaja frente a los en polvo que se pueden distribuir de forma más uniforme sobre el terreno. Los fertilizantes en pastillas o bastones se colocan específicamente cerca de la planta, sobre el suelo o pinchados, y van liberando progresivamente los nutrientes al sustrato.
Por otro lado, los fertilizantes líquidos se aplican directamente al sustrato. En el mercado existen mezclas muy optimizadas y específicas para cada cultivo y etapa del ciclo de crecimiento de la planta pero si necesitamos algo más específico, los fertilizantes líquidos también permiten preparar mezclas utilizando distintos fertilizantes con diferente composición. Los fertilizantes líquidos son de absorción rápida y la forma de aplicación difiere de los fertilizantes sólidos. Los fertilizantes líquidos se aplican en el agua de riego, directamente sobre el sustrato en la base de la planta, o mediante pulverización del suelo. También permiten la aplicación foliar.
Para suministrar a nuestras plantas los nutrientes que necesitan podemos utilizar tanto fertilizantes líquidos como sólidos. Las principales diferencias radican en la forma de aplicación y la velocidad de liberación de nutrientes. Dependiendo del nutriente, de las necesidades concretas de nuestra planta o cultivo y de la facilidad para su aplicación según los medios y tiempo con que contemos optaremos por unos u otros.
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